El mundo (Hellas I)

El pequeño territorio de Hellas a penas se puede considerar una nación. Después de la entrada de las bestias en Europa, la región quedó prácticamente asolada, por lo que muchas de las ciudades están deshabitadas. Los asentamientos que sobreviven son ciudades independientes con sus propias leyes. Aun así, el sentimiento de Helenos es común entre ellos, por lo que a pesar de no tener un rey que dirija la nación, se sienten pertenecientes a ella.

                Las gentes de Hellas han pasado por muchas penurias. Han tenido que sobrevivir en las condiciones más duras y su región, una de las más calurosas de Europa, ha hecho que los helenos sean personas muy duras. Los helenos son toscos y grandullones, tienen una resistencia superior a la de cualquier otro europeo.

                La iglesia tiene poco peso en Hellas, aunque las gentes son muy devotas. Unas pocas capillas dispersas, misioneros angélicos que se desplazan para predicar la palabra del Señor y los mitos y leyendas sobre las bestias y su heroica expulsión son suficientes para mantener la fe pero no el control. Esto, y el hecho de que en Hellas haya un gran número de ruinas inexploradas, han hecho que algunos diácodos europeos se desplazan allí en busca de tesoros y reliquias antediluvianas. Las excavaciones son arriesgadas por los peligros salvajes que acechan y el desconocimiento del territorio. Solo algunas de las expediciones regresan y el éxito es escaso.

                No tienen un estandarte que blandir, ni un escudo, sus soldados no usan ninguna vestimenta distintiva. Son una mezcolanza de hombres que compran su propio equipo. Los pocos guardias y soldados regulares son contratados en cada ciudad por los dirigentes. Sin embargo, ante una guerra, los ciudadanos helenos acuden en masa. Sus temidas unidades de lanceros, al más puro estilo hoplita pueden aguantar un ataque frontal mejor que cualquier otro ejército. El escarpado terreno y la separación entre ciudades hace el territorio para una guerra de guerrillas y la resistencia de los helenos les da una clara ventaja en el combate cuerpo a cuerpo.